Autos de Fe de la Inquisición en la Nueva España

Leyenda de México, la Inquisición en la Nueva España se instituyó el llamado Tribunal de la Fe, a las órdenes de Felipe II, al doctor don Pedro Moya de Contreras nombrado inquisidor mayor en estos reinos en los cuales llegó en el año 1571. El funcionamiento del Tribunal de la Fe, sus procedimientos, los autos públicos, los tormentos que tenían efecto en las audiencias del aquel arreglo a las “instrucciones”.

El arreglo para el Santo Oficio fueron en España el 29 de Octubre 1484 por el inquisidor general Fray Tomas de Torquemada, en estas instrucciones a la Inquisición se ve los mismos procedimientos en el fuero común, dos partes que fueron lo mas odioso del llamado Santo Tribunal.

La cuestión de los castigos salvajes que les daban a los presos, y la otra que se actuaba en completo secreto que al ser quebrantado por alguno que intervenía desde el mismo inquisidor hasta el escribiente lo pagaba con la vida.

Los secretos durante los juicios hacía casi imposible la defensa de los presos, el reo no sabía quien lo acusaba y de que lo acusaban, era terriblemente la prueba testifical, se ocultaba quienes eran las personas que contra él declaraban no existía de manera alguna los testigos, que es uno de los medios de defensa en las legislaciones justas y humanas.

Lo que toca el tormento y a la hoguera

El Santo Oficio cuidó bien sus sentencias como “relajado”, seria entregado al brazo secular, para que sentenciara a muerte debía darse al criminal, y el poder civil no solo lo condenaba a morir en las llamas a los herejes que la inquisición le entregaba, si no que a otros sin pasar por esta ultima eran quemados vivos por ejemplo los convictos del delito que la biblia atribuye a los habitantes de la antigua Pentápolis.

El tormento era aplicado con terrible severidad, el siniestro con que se hacía la diligencia, el secreto y el misterio que envolvía al Santo Oficio, la facilidad con que los inquisidores sentenciaban a los presos a los terribles tormentos, la tortura era propia del procedimiento inquisitorial, motivando las censuras más grandes y ataques furibundos a la religión cristiana que lo dispuso y llevó a cabo la practica por sus ministros; frailes, sacerdotes, personas prominentes del clero católico.

La gente corría a ocupar un buen lugar

Se llamaron también La Procesión de la Cruz Verde, la gente gritaba ¡a la procesión! ¡a la procesión! Con voces graves y chillonas. ¡A la Procesión de la Cruz! ¡ A la Procesión del Santo Oficio! Miles de gente entusiasmadas corrían por las calles para ocupar un buen lugar para presenciar la función a la plaza del Volador que el Santo Tribunal de la Fe les proporcionaba sin costo alguno. Como muro humano los hombres se extendían paralelamente desde la plaza de Santo Domingo a la plaza de Volador.

Era como un desfile al paso doce alabarderos, ministros, familiares del Tribunal, los comisarios con bastones dorados, la nobleza y los caballeros de las Ordenes Militares ricamente vestidos, el aguacil mayor del Santo Oficio, las comunidades religiosas, predicadores con velas en las manos y el padre Prior llevando la Cruz Verde; al fin se llega al punto deseado un tablado y un altar donde se coloca la cruz verde y se cantan las oraciones, a unos cuantos metros otro tablado dispuesto para los jueces.

Los reos oían sus sentencias

Los reos se sentaban en el tablado pasaban de uno en uno a oír su sentencia, se dice, que ese día hubo 3 quemados vivos, sesenta o setenta azotados y condenados a las galeras y varios a servir en los conventos, durante la noche llamaron a 4 más y los condenaron la hoguera en ese momento. Todo esos actos eran en la plaza.

Otro auto de fe, muy sonado fue el que se celebró siendo Arzobispo don Juan Mañosca; en esta quemaron a 76 entre mujeres y hombres por estar en la secta de Moisés. Fueron en demasía los quemados, indios ilusos, supersticiosos, brujos, hechiceros, etc

Una tarde un indio se bañaba en una laguna cuando salió del agua torpemente medio desnudo la gente que paseaba en canoa lo acusaron por inmoral se fue a prisión le dieron 200 azotes amarrado en un palo en la plaza, volvió a la cárcel y lo vendieron a un obraje de zapatería para cubrir el importe de su proceso. En algunos libros de historia se describe las crueldades y lo inhumano del pavoroso Tribunal de la Fe, que actuaba en forma diferente de lo que predica la doctrina cristiana.

¿Te ha gustado? ¡Comparte!

Si este artículo te parece digno y valioso para compartir... ¡Hazlo ahora!

Publicaciones relacionadas

Edificio de la Inquisición fue lugar de injusticia

Leyenda de México. En el año 1956 la Escuela de Medicina ocupó la casona que en la época de la Colonia, fue residencia de la Inquisición de México. Su fachada, se destaca el escudo de la famosa Institución cortada en chaflán y la