Unos leñadores que tenían un trabajo ilegal, acamparon en el bosque, porque solo de noche podían trabajar a la tala de árboles. El Cuatlacuas una bestia enfurecida que es guardian de los árboles y plantas, los miró con furia por invadir su territorio. Los hombres le disparaban las balas no le hacían nada. Enfurecida la bestia destrozo el camión lleno de troncos.
Leyenda de México. Se cuenta que unos leñadores partieron para la espesa sierra en un camión, era de noche y se dirigían a talar unos árboles, escucharon unos escandalosos rugidos pero no de felinos si no de otro animal, ellos siguieron su viaje se fueron internando más en el bosque. Llegaron donde iban a talar, bajaron del camión con grandes sierras y cortadoras, los fuertes gruñidos se escuchaban.
El trabajo era ilegal se tenían que cuidar no solo de los animales salvajes hasta de los guardias forestales, por eso trabajan de noche.
Después de trabajar toda la noche, amarraron bien los troncos al camión encendieron una fogata para descansar y esperar que amaneciera para regresar a la ciudad. Pasaron unos minutos en silencio y se volvieron a escuchar los rugidos más fuertes y cerca, los leñadores tenían miedo. Algunos se armaron de valor y fueron a investigar se alejaron de la fogata. Se empezó a escuchar fuertes ruidos como que alguien derribara árboles, como era de noche y llovía no se oía claro de donde venía ese estruendo.
Un relámpago iluminó el cielo, todos vieron al imponente Cuatlacas, el monstruo enfurecido derribó todo a su paso, a unos metros estaban los leñadores, los miró con furia como reclamando haber profanado sus dominios, el extraño ser arrancó con sus manos un árbol que levanto sobre su cabeza, lo arrojo al camión y aplasto toda la cabina, rugía con fuerza trató de arrancar otro árbol y los estupefactos hombres unos aterrados otros empezaron a disparar a la bestia, las balas no le hacían nada los leñadores luego corrieron despavoridos abandonando la carga, se escuchaban los rugidos del Cuatlacas y los golpes que le propinaba al camión aplastado. Corrieron hasta la carretera encontraron a los guardias forestales y no les creyeron, arrestándolos.
Los guardabosques fueron a inspeccionar ninguna huella del Cuatlacas el camión destruido sin ningún tronco, nunca les creyeron la historia.
Se cuenta, que hay gente que dice que escucha los rugidos del temible Cuatlacas, que es un guardián que protege el bosque, solo ataca al que va talar árboles.
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