Era un demonio enano que se había enamorado de la niña. Este pitufo caminaba por toda la casa en la noche, cuando amanecía estaba quieto en otro lugar completamente diferente en donde lo habían dejado, a la niña que se lo regalaron ya no lo quería le tenia miedo que vieran lo que hacían con él pero no lo quería cerca de ella, sabían que esa cosa no la podían tirar lo tenían que regalar a alguien que lo quisiera.
Leyenda de Dzidzantun Yucatan.- Se cuenta que un padre le regaló a su hija un muñeco de felpa un Pitufo que compró en la ciudad de México.
La niña empezó a notar que su pitufo cambiaba de lugar y posición de donde lo asentaba una noche antes, cuando dormía escucho un ruido abrió los ojos y vio que el pitufo bajaba de mueble se trepo a otro cerca de ella donde estaba acostada, tuvo mucho miedo y se fue al cuarto de su mamá.
Al amanecer le contó y le dijo a su mamá que no quería al pitufo, que lo regalara o viera que hacía con él, ella lo puso en una caja y lo guardo en la bodega. Al otro día, la sorpresa que el muñeco estaba sobre la cama de la niña, lo agarró y lo puso dentro de un baúl con llave y candado, ahí en la bodega.
Pasaron como 10 años limpiando la bodega una sobrina abre el baúl y saca aquel pitufo, le pide a su tía que ella lo quería y se lo regaló ese mismo día se fue de la casa. Al día siguiente aquel pitufo estaba sentado en el suelo del cuarto de aquella niña (ya era una muchacha) ella y la madre quemaron al muñeco hasta que lo vieron echo cenizas.
La muchacha se casó y a su nueva casa empezó a ver sombras como de una persona bajita, veía en las paredes la sombra que andaba, una espiritista le dijo que un demonio enano se había enamorado de ella, a ella la trabajaron y el demonio se fue hasta ahora.
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