Leyenda de Sonora.- Lola Casanova era una joven bonita de 18 años, hija de un próspero comerciante, orgulloso de la belleza de su hija, ojos verdes, rubia de piel blanca, la muchacha ya tenía planes de boda con un rico peninsular que vivía en el mismo puerto.
Lola fue de vacaciones a Hermosillo con un tío. En ese tiempo los seris cometían delitos ahí por la costa, Guaymas hasta playas de Altar. Las diligencias que transportaban pasajeros al puerto, a la antigua Villa del Pitic, eran cuidados por numerosa escolta, el 2-4-1854 Lola salió en la diligencia con su madrina de Guaymas con 15 militares de escolta, al llegar a “La Palmita” los seris atacaron después de una gran pelea, los indígenas ganaron, algunos de los pasajeros murieron, otros huyeron y en uno de los carruajes Lola quedó desmayada.
La tomó en sus brazos y se fue con ella, al despertar vio aquel guerrero intentó huir pero el indio la jaló tirándola de rodillas hacia él y en un perfecto español le dijo que no temiera no era seri sino pima de niño había caído en un combate y se quedó con los indígenas, al paso de los años por su valentía y habilidades logro conquistarlos. Por su belleza se enamoró de ella y la haría reina de la tribu.
La llevo a su aldea, le construyo su vivienda para que no se sintiese prisionera, él sabía que no podía escapar ella no sabía dónde estaba.
Pasaron 2 años, Lola aprendió sus costumbres, hablaba seri, vivía como las mujeres solteras, Coyote- Iguana, por un gran amor le dijo; antes de salir el sol dos guerreros te llevaran a tu tierra, te dejaran cerca de Guaymas, Lola –estoy enamorada de ti, me quedo-
En las comunidades Seris, PuntaChueca y el Desemboque se encuentran descendientes de Lola y el jefe Coyote- Iguana.
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