Sucede en la ciudad de Torreón, en el mercado “Alianza” que fue fundado en el año 1895 junto a las vías del ferrocarril. En ese lugar se volvió obligatoria la parada del tren, para que las personas compren o paseen, tanto para los lugareños o foráneos. Era un lugar que de noche había mucha música de las cantinas y luces de colores escandalosos que invitaba a la lujuria.
Leyenda de Torreón Coahuila. En una noche, en las calles de los burdeles y las cantinas del lugar, la música brotaba de los cantos nocturnos que invitaba a los paseantes a tomar alcohol y conocer mujeres fáciles. Se cuenta, que había una, que era una maldición por su belleza. Una mujer hermosa que embriagaba con la mirada. Muchos perdieron la apacibilidad después que se metieron en ese cuerpo bronceado. Era tan famosa, que hombres llegaban de lejos para conocerla, no sabían su nombre, solo la conocían como “La Cubana”.
Sus compañeras del burdel la envidiaban, hablaban mal de ella que era odiosa y creída, porque todos los hombres la preferían a ella, algunas le decían; — la mal parida-.
La cubana, era coqueta se daba el lujo de escoger al hombre con quien estar. Corría el año 1906. Torreón se preparaba que subiría de rango a ciudad. Pero llegó una fea enfermedad entre los lugareños, la viruela negra. La muerte se disperso en las calles, no respetó géneros, ni clase social. Cuando llegó al burdel escogió a la más hermosa. La Cubana le llegó la fiebre y vómitos, las manchas se convirtieron en llagas, que tapizaron su garganta, horrendas pústulas negras. Fue encerrada en el cuarto donde daba placer, ya los hombres la odiaban, todos los clientes se fueron, decían; “el burdel de la viruela negra”.
Cuando el doctor iba a verla, dijo; -efectivamente tiene viruela negra-. La señora que manejaba el lugar, insistía en sacarla, decía; -ahora me está alejando a los clientes, es horrible su presencia, se pudre en vida-. El doctor — tenga misericordia no le queda mucho tiempo-. En ese tiempo, a los enfermos los sacaban a las calles, la carroza del cementerio, los recogía y los tiraban a las fosas y algunos todavía con vida.
Lo bello y lo malo no se oculta, la dueña de la casa de prostitución planeo como llevar a la tumba a la joven Cubana, no le importó que le dejó mucho dinero cuando estaba sana. Contrató a 4 hombres para sacarla del cuarto, la metieron en un caja aún con fiebre y mucho dolor, la Cubana se negaba que la movieran, se defendía, gritaba y en sus últimos momentos les grito una maldición a los hombres que a la fuerza la metieron en su ataúd aún con vida. Se cuenta; que los hombres después perdieron la razón, también dicen que la enterraron en el patio del burdel.
De la Cubana ya nadie hablaba de su impresionante belleza, calló al olvido. Hasta que una noche una mujer vestida de negro y con sombrero y velo en el rostro, estaba en la puerta de una cantina “La Feria”, solicitó la carrosa del cementerio, el chofer preguntó; ¿A dónde señorita? — Al panteón, por favor-. En el camino no hablaron, al llegar ella dijo; ¿Cuanto le debó?, -si quiere señorita la espero, no importa que tarde-, no me espere, aquí vivo, ¿No me conoces?. En ese momento, el chofer sintió un aire helado, la mujer descubrió su rostro se le veía los orificios de la viruela negra. Era la Cubana.
La leyenda cuenta; que hasta ahora se ve la mujer con el velo negro buscando la música de las cantinas y luces rojas de la Alianza. Pide a los hombres solitarios que la acompañen a su descanso eterno.
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