Psiquiátrico peenhurst.

Peenhurst es conocida como habitad de fantasmas y espíritus.

Leyenda de Pensilvania- Fue abierta al público en 1908, un lugar muy siniestro un hospital que parecía cárcel. En la zona de Crab-Hill la primera construcción fue 1903 y el último edificio 1921, era para acoger discapacitados físicos y mentales y ayudarlos en su rehabilitación, a todos internaban que se salían de la normalidad.

Ellos preferían llamarlo escuela- hospital.

Con una capacidad de 3,000 internos, una institución avanzada para su época con un área de 1400 hectáreas, un lugar hermoso. Tenía su parque de bomberos, almacén para comida, peluquería, estudio de arte, teatro, música, biblioteca, etc.

Los edificios se unían por túneles, en él se atendían a personas con retraso mental, sobre todo niños, gente con epilepsia incluso a niños superdotados que eran conflictivos con sus padres, aquí se recluía a todos que causaran problemas o la sociedad lo consideraba “no normal”.

Se convirtió en referencia nacional.

Al principio todo iba muy bien después con el tiempo la cantidad de pacientes aumento, vivían hacinados, las enfermeras eran pocas ya no podían pagar los salarios, los enfermos ya eran demasiados, el complejo empezó a decaer, había pacientes que le decían niños pero en realidad eran adultos de 60 o 70 años, como no podían atenderse se quedaban en sus camas que parecían cunas, pasaba días sin comer y sin ser atendido, muchos fallecieron por no ser alimentados.

Los maltratos eran a todos, daban electroshock, si un paciente mordía a otro le quitaban los dientes, como castigo no se les alimentaba los golpeaban y los encerraban y muchos morían.

Se clasificaba en esa época de forma denigrante en términos médicos,

Retrasados (70-50 años), imbéciles (49-20 años), idiotas (20 o menos).

Fantasmas de Peenhurst.

Se conoce por numerosas almas en pena que andan en los recintos del lugar, hay un cuarto aterrador el cuarto de los castigos dicen que el que entra ahí aseguran sentirse muy mal, empiezan a marearse les falta aire y muchísimo frio que tienen que salir del lugar. Cuando entran curiosos, sus cámaras fotográficas y celulares dejan de funcionar, aseguran que ven y oyen niños llorando. Actualmente el asilo Peenhurst está abandonado.

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