Viajó a la tierra de los muertos

Leyenda Mapuche. Sur de Chile y Argentina. Una pareja de jóvenes indígenas se casaron, la muchacha soñó con espinas, cuando despertó, su marido estaba hirviendo de calentura. La fiebre fue tan alta que al poco tiempo murió. Ella solo pensaba en morir, en unirse a él al otro “lado del mar”.

Insistía en morir, quería a su marido, dejó de comer para morir de hambre, salía a un lugar apartado de su casa para llorar y llorar a su esposo. Una noche se quedó dormida, cuando despertó, ella estaba en los brazos del quien lloraba, y le preguntó; porque lo llamaba ella, le dijo, “que no podía estar sin él, que por favor la llevara con él”.

Le prometió regresar por ella

Le prometió que a la siguiente noche vendría por ella, y que trajera ropa. Ella se quedó dormida, despertó y el marido estaba junto a ella y le dio seis panes, hizo que comiera uno antes de que se suba al caballo. Ella se subió y él le dijo, que tenían que ir en silencio que por favor ninguna palabra en el camino — muy bien- y en el trayecto se durmió.

Cuando despertó estaba en el borde del mar y una canoa les esperaba, pero antes se tenía que comer otro pan y se quedó dormida. Despertó y ya estaban al "otro lado del mar". Veía mucha candela, fuego y gente junto a ella calentándose y tomando, cuando desembarcaron, a ella la esperaban y saludó de abrazos a sus familiares ya fallecidos se sentaron junto a ella, todos bebían algunos lloraban y otros cantaban.

No se dio cuenta que se quedó dormida

Despertó, era un día de mucho sol y no vio a nadie, solo humeaba leñas, mucho humo, todo solitario, se sentía desamparada, se cansó y se durmió, Cuando despertó ya era noche, todos los demás estaban ahí, tomando y calentándose junto al fuego.

Luego vio a su marido, le reclamó que porque la dejó sola, le dijo; que él no podía ver la luz de día, los carbones eran todos los que se veía de noche.

Le aconsejó que regresara a su casa, porque ahí se sufría mucho; ella aceptó regresar y se fueron a la canoa para regresarla al “otro lado del mar” y que tenía que comer otro pan.

Despertó en el cementerio

Había llegado y desembarco El marido le dijo; siéntate aquí, era una madera, espera que amaneciera para que regreses a la casa. Se abrazaron y se despidieron el joven se fue, la mujer se recostó y se durmió.

Despertó y vio que estaba en el cementerio sentada en la sepultura de su marido, gritaba de horror, gritaba de susto y de miedo, quedó petrificada sin moverse, la gente que estaba ahí, oyeron los gritos de ella, corrieron auxiliarla porque no se podía mover, cargada la llevaron a su casa que estaba muy cerca del panteón.

Cuando se calmó del susto y se dio cuenta lo que vivió, se lo contó a sus familiares les dijo, que saludo a sus parientes difuntos, de repente ella murió a los seis días.

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