Leyenda de Yucatán. Un muchacho llegó al pueblo a visitar a sus familiares, allí vio a una bella mujer, le gustó tanto que decidió quedarse a vivir en el pueblo, y como lugar chico el joven la conoció y al poco tiempo le pidió matrimonio, sus parientes estaban molestos con él.
No les gustaba esa relación por que se comentaba que ella era una hechicera es más ella, vivía lejos del pueblo y cada vez que pasaba desaparecían animales de corral.
Se casaron y en la convivencia él se dio cuenta, que no se sentaba a comer con él, ella siempre le decía que estaba llena o después comía el caso que él nunca vio que alguna vez probara bocado, una noche el joven y sus amigos del trabajo se pusieron de acuerdo para salir a tomar unas cervezas y de camino le advirtieron lo peligroso que era vivir con aquella mujer porque él era el quinto marido y nadie sabía que había sido de ellos solamente desaparecían el comisario le preguntaba a ella y le respondía que solamente la habían abandonado, los amigos le dijeron que la mujer era una bruja que de noche se convertía en animal y que tuviera mucho cuidado para no morir como los otros hombres
El esposo fue al pueblo vecino a consultar con una bruja, ella le dijo que en efecto aquella mujer era una magnifica hechicera, a él le dio una cadena con un amuleto y que se lo pusiera y que cuando la muchacha se quitara su piel de mujer le echara sal que le daba.
Cuando llego a su casa convivió con su mujer y en la noche se hizo al dormido y se dio cuenta que su esposa salió, él la siguió caminaron algunas calles ella se paró en un árbol de mangos ahí se quitó la piel de mujer y se convirtió en una serpiente, una boa de gran tamaño, él al verla retrocedió de miedo al ver que se alejaba le echo al cuero mucha sal, él vio cómo se enroscaba en un puerco y finalmente como lo tragaba, al rato cuando el animal regreso se puso la piel de mujer, se revolcaba de dolor y pedía perdón por los maridos que se había tragado.
Se cuenta; que cuando la gente pasa por ese lugar cerca del árbol se aparece una mujer revolcándose de dolor.
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