El paseo de las ánimas en Yucatán

Leyenda de Yucatán. En un pueblo vivía María ella costuraba hipiles de punto de cruz o “Xooc bi Chuy”, tenía muchos encargos y eso ocasionaba que se acostara muy tarde. Su madre la regañaba, María, en estos días de Hanal Pixan, no esta bien que trabajes mucho, que los niños griten y jueguen muy noche, hasta, los ejidatarios llegan a sus casas antes de caer el sol, porque las ánimas salen.

Porque las ánimas salen y aquellas olvidadas que nadie se ocupó de ellas, vagan buscando a quien llevarse. María, molesta por lo que le dijo, la mamá / yo no creo en esas cosas, debo entregar este hipil a doña Cándida, ya me pagó /, la mamá le volvió a decir, no tardes más, la señora se fue a descansar.

La otra, se quedo bordando pasó el tiempo, María tenía calor, decidió abrir la puerta que da a la calle para que entre un poco de aire fresco. Ella se acercó al foco para ver mejor su costura, después de un rato, levantó la vista y vio que enfrente de la albarrada una mestiza se acercaba a ella, tenía en la mano una vela encendida.

La mestiza le pidió que cuide su vela

La señora se acercó y dijo, jovencita ayúdame voy aquí cerca ¿Te puedo pedir que cuides mi vela?, estoy cansada de llevarla, pero paso a buscarla, María, era buena persona, agarró la vela –no se preocupe se la cuido- la despidió, la joven se sintió cansada y se fue a dormir. Doña Naty, se levantó temprano, le extrañó no ver de pie a su hija y fue a buscarla, la joven tenía mucha fiebre, se sentía muy mal y le contó a su mamá de la señora de la noche anterior, fue a la mesa doña Naty y vio un hueso humano. Enseguida fue a buscar al X´men para que ayude a su hija, el curandero dijo; que no podía hacer nada, eso ya era un sello de las animas para llevarse a una persona en la noche, el que agarrara la vela era la que le toca irse con ellas.

El secreto para que no te lleven las ánimas

María y doña Naty empezaron a llorar angustiosamente, el X´men les comentó, creo que hay algo que se pueda hacer, que busquen aquí en el pueblo a una mujer que haya tenido en estos días a su bebe, pídanle prestado al recién nacido, que la convenzan la para que se lo den, esa era la forma.

La encontraron y prestaron al bebe, María y Doña Naty regresaron a su casa y esperaron el regreso de las ánimas. Ya era de noche la mamá se quedó dormida esperando, cuando dio las 12 de la noche, afuera en la calle, la señora la estaba llamando, María con el bebe salió, vio que la señora venia con muchas personas la mujer le dijo; vine por ti y por la vela, le entregó el hueso que me dejo, pero yo no puedo ir porque tengo que cuidar a mi hijo, en ese momento el bebe empezó a llorar frente a los demás se dieron la vuelta dieron unos pasos y desaparecieron.

María no creía en eso, cada año lo oía de sus abuelos y de otras personas mayores, hasta que le sucedió.

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