El salvaje de los pies al revés

Una bestia que devoraba hombres y tenía los pies al revés. Se cuenta; que en la época de la conquista los españoles se adueñaban de todo a lo largo y ancho del país, se hablaba de misteriosas criaturas, de seres asombrosos que guardan celosamente los tesoros de la naturaleza, lejos de las manos de los hombres.

Leyenda de México. Estos seres cuidan el ambiente donde llevan una vida tranquila, hasta que sus dominios son alterados.

Se cuenta que en la selvas mexicanas habitaba un gigantesco ser, “El Salvaje” parecía un gorila, tenía los pies al revés, muy peludo, derribaba árboles que estorbaban a su paso, no doblaba su cuerpo por la cintura, en su vientre, se cuenta que tenía una gran abertura y se le veía sus entrañas. Era feroz en la selva, las balas no lo herían.

Los cazadores que se atrevían, ir por la bestia terminaban devorados, cuando notaban sus huellas grandes, algunos se retiraban, otros al tratar de alejarse de su rastro llegaban directamente con el, El Salvaje tenía los pies al revés, en la búsqueda murió mucha gente.

Los brujos decían que El Salvaje era un amuleto de la suerte y que solo la música podía tranquilizarlo. Un brujo llamado Rubén fue en busca de la bestia, caminando llegó hasta las selvas del sur, acampó en medio de la selva y decidió esperarlo.

El salvaje le gustaba la música

Cuando el brujo Rubén despertó, frente a él se hallaba el tan temido Salvaje, este solo lo miraba con extrañeza, el brujo sintió mucho miedo trató de levantarse muy despacio, El Salvaje rujió y estremeció toda la selva, el otro corrió pero alcanzó agarrar su guitarra que llevaba. La bestia comenzó a rugir y a tirar árboles para encontrar al brujo, quien corría tratando de esconderse, llegó a un paraje donde había una enorme roca y se subió, empezó a tocar su guitarra como si nada.

El Salvaje llegó al sitio, cuando vio a Rubén se quedó mirándolo, el brujo interpretaba una melodía, la bestia se puso a bailar al ritmo de la música; la canción era más alegre y la bestia se empezó a reír y se revolcaba de la riza, se quedó tirado en el suelo por las carcajadas sosteniendo sus tripas que amenazaban salir, el brujo soltó su guitarra sacó un filoso machete, sin dar tiempo le cortó la cabeza.

A la selva no les gustó la muerte del Salvaje

La noticia corrió por el poblado, pero a los habitantes de la selva no les gustó.

La gente del pueblo ahora lo respetaba por su valor y recibió muchos regalos, se casó con la mujer más bella del pueblo.

Al poco tiempo, empezaron calamidades, una gran sequia y las cosechas se perdieron, la presa no se dio abasto con la gene, el agua se hecho a perder, los niños enfermaron y muchos fallecieron, se quedaron sin alimentos.

Los brujos culparon a Rubén por las calamidades, por haber matado al Salvaje; la gente se convenció y una noche fueron a la choza de Rubén, cortaba leña cuando vio a la gente enfurecida, corrió a su casa y empezaron a quemarla, cuando salió con su mujer, la muchedumbre los amarró y los quemó allá mismo como un macabro ritual. De nada sirvió la muerte de los dos, la situación no cambio, desde ese entonces la gente de estas zonas respeta la selva y todo lo que habita en ella, cualquier atentado contra la naturaleza puede ser desafortunado.

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