La madrastra sentía mucha envidia por Leonor su hijastra por ser muy bella “como la bruja del cuento de Blanca Nieves”.
Leyenda de Michoacán.- En la época colonial en Morelia vivía Don Juan Nuñez de Castro con su segunda esposa Doña Margarita de Estrada. Él tenía una hija muy bella llamada Leonor que la enamoraban muchos jóvenes, Doña Margarita empezó a sentir envidia por Leonor.
Don Juan enfermó y mandó hacer su testamento, le dejaba a su hija la mayor parte, hasta la gran casa en que vivían y muy poco a doña Margarita. Una vez que se murió el hombre, doña Margarita ordenó a los criados encerrar en el sótano a Leonor, y mandó a sellar puertas las que daban a la calle y ventanas con rejas para que no salga, el trabajo fue rápido.
Angustiada por su situación intentaba sacar la mano a través de la reja, los lloriqueos y gritos desesperados causaron alarma a las personas que la oían al pasar, estos alertaron a las autoridades. La policía se presentó con Doña Margarita y los convenció que eran chismes y habladurías que no había motivo de su presencia. Los inspectores se retiraron.
Leonor moría de hambre, quienes preguntaban por ella, decía que estaba muy enferma y necesitaba reposo y verla eso era imposible, su plan de la madrastra era matarla de hambre y decir después que murió de una enfermedad rara.
Leonor pedía ayuda y fue escuchada por un oficial del virreinato Don Manrique de la Serna, este preguntó a la que pedía ayuda y supo del horror de la casona del difunto don Juan de Castro.
Las autoridades llegaron y exigieron a Doña Margarita que abra el sótano, y solo encontraron el cadáver de Leonor, Doña Margarita fue a prisión, los criados fueron ajusticiados. Don Manrique enterró a Leonor en la iglesia de San Diego y se erigió un monumento.
Hasta hoy, en la Calzada de Guadalupe donde está la casona, la gente que pasa, escucha una voz lastimera que pide agua y comida ven una mano agitarse entre las rejas de la ventana del sótano.
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