Los mayas tenían dos clases de almas: el sak nik nahal, la “blanca conciencia de la florescencia”, y alma huay, un espíritu que protegía y acompañaba al hombre. El huay se representa en forma de animal, como el mono, el perro, el venado era como el otro yo, de las personas; el hombre y su alma- huay estaban tan ligados que todo lo que les ocurría a los dos ya sea en enfermedades o la muerte.
Tenía repercusiones inmediatas en los dos. La fecha de nacimiento de una persona determinaba el huay que le acompañaría a lo largo de su vida. Durante la vida de los hombres descubrían su animal huay, las características coincidían con sus propias cualidades personales. El alma huay era un fenómeno que también comprendía a los animales, las plantas y los dioses.
La creencia del huay- alma
La creencia en el alma-huay es soñar o dormir, también tiene la idea de la “transformación”. Muchos chamanes eran conocidos por su gran capacidad de transformarse en animales por medio de ritos ceremoniales y el consumo de alucinógenos. Los reyes tenían el poder de la transformación. En animales o seres sobre naturales se transformaban, en los ritos ceremoniales, se adornaban con las mascaras de aquellos animales o dioses que encarnaban.
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