El Silvón un alma en pena

Que es un gigante como de seis metros, avanza entre las copas de los árboles mientras silva, que cuando pasa cerca de una casa, si una o más personas lo oyen no pasa nada, pero si alguien no lo escucha sigue durmiendo hasta que muera. Despedaza a los mujeriegos, y pone los huesos junto con los de su padre, en el saco que siempre carga. Es un espectro que tiene un silvido aterrador.

LEYENDA DE VENEZUELA.- Se cuenta que era un joven muy consentido por sus padres, era muy grosero, lo que pedía de comer enseguida se lo daban ese día quería comer venado y su padre fue a cazarlo pero tardó en regresar el muchacho lo esperaba vio que su padre no traía nada, no vio ninguno. Enfurecido el hijo mató a su padre le saco los órganos y se lo devoró, al saberlo su madre lo maldijo le soltaron a los perros y en las heridas le untaron chile, para que se vaya de la casa. Nunca lo volvieron a ver. Le dicen el silbón porque es un espíritu que silba cargando un saco que adentro tiene los huesos de su padre que asesinó, le teme al chile y a los perros.

También le dicen; el silbador, que es un espíritu, alma en pena de un hombre parrandero que mató a sus padres ese fantasma carga un saco lleno de huesos de sus progenitores. Se dice que le gustan las embarazadas que cuando las ve silba con sonido de las notas musicales en este orden, do, re , mi, fa, sol, la si. El silbido es agudo que cuando se escucha se siente mucho frio que se congela el cuerpo. Se cree, que cuando se escucha el silbido agudo una mujer muere, si el silbido es fuerte muere un hombre o un amigo o el mismo que lo escuchó.

Un silvido aterrador

Otra versión; que el silbón era un hombre gigante que media más de cinco metros que camina silbando, el que ha escuchado ese chiflido, que es aterrador. Que cuando es de noche, llega a la puerta de una casa, voltea el saco y cuenta los huesos.

Otra; un joven mató a su padre y le quitó sus tripas porque mató a su esposa que le dijo que ella era una prostituta lo mató porque se lo merecía, inmediato lo agarró el abuelo y amarró al nieto en un poste en medio del monte, le destruyó la espalda a latigazos, sus heridas se las lavaba con aguardiente, cuando lo soltó lo hizo junto con dos perros hambrientos.

El abuelo lo maldijo; que cargaría los huesos de su hijo por toda la eternidad, dicen; que el silvón vaga en la sabana venezolana el espectro quiere muerte y ávido de castigar a mujeriegos y borrachos.

Cuentan; que a los borrachos los succiona por el ombligo y mueren, a los mujeriegos los despedaza y solo pone los huesos en el saco junto con los de su padre.

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