El medallón de Soledad amuleto de buena suerte

Compraron un local y empesaron a pintar y a resanar paredes, cuando se dieron cuenta que había algo tieso y pegado, era un esqueleto. El negocio no marchaba, nada de clientes, hasta que contrataron a Soledad, ella atraía buena venta y clientes. Se convirtió en polvo quedando tirado al suelo. El espíritu mostró que el medallón atraía buenas ganancías.

Leyenda de México. Doña Refugio a lo largo de su vida ahorro dinero y junto con sus hijos compró una fonda, en una calle de Xochimilco, como estaba un poco deteriorado el local, los nuevos dueños empezaron arreglar el lugar, resanaron y pintaron paredes, trabajaban de día y noche, tenían la emoción de terminar, uno de los hijos de doña Refugio terminaba de resanar un muro cuando notó que algo sobresalía de la pared, tomó una espátula y se puso a rasparla, algo había atorado, llamó a sus hermanos y se unieron a la raspada con martillos y cincel, entre más removían el concreto se daban cuenta que había algo grande y tieso pegado a la pared, uno de los muchachos dejo caer el martillo cuando se dio cuenta que era un esqueleto que tenía un medallón colgado en el cuello.

¡Un esqueleto emparedado!

¿desde cuando está ahí?, todos impresionados por el hallazgo, no lo reportaron a las autoridades, eso paso hace muchos años ¿para que?- lo guardaron en secreto- doña Refugio y sus hijos siguieron con su vida normal, hasta que un día, abrieron la fonda con todo lo necesario sin embargo casi no había clientela, pensaron que por que era nuevo había que darle tiempo a la gente, pasaron semanas, meses, casi nadie pisaba el lugar.

Doña Refugio pensó que debería cerrar el lugar, el negocio era pérdida y aun así necesitaba un poco de ayuda, contrató en ese tiempo a Soledad una joven guapa morena, como mesera. Desde que apareció la muchacha en la fonda empezó arribar más clientela, doña Refugio y sus hijos estaban contentos con ella. Un día Soledad se reportó enferma y no fue a trabajar y dio la casualidad que nada más 3 clientes consumieron. Cuando la joven regresó la fonda estaba llena de clientes. Se les hacía extraño eso que pasaba con Soledad, ya que gracias a ella había jugosas ganancias, y no le preguntaban nada de su vida ni de su familia.

Su presencia era un misterio

En el rumbo nadie la conocía ni de donde provenía. Pasaron los años después de inaugurar la fonda, Soledad pidió reunirse con los hijos y doña Refugio. Una tarde cerrado el negocio la joven explico que ya no trabajaría en la fonda, era tiempo de irse, se quedaron sorprendidos y a la vez le pidieron que no se vaya, porque se iban a quedar sin clientela y cerrarían el negocio. No la convencieron, al día siguiente se marcharía, la familia respetó su voluntad, y la invitó a una cena de despedida.

En la noche, llegó Soledad a merendar con la familia, la joven se vistió muy bien y se adornó con sus mejores joyas pero ellos vieron que el medallón que llevaba puesto era igual del cadáver de la pared, quisieron comprobar que ese medallón no era el mismo que habían descubierto. A Soledad le dijeron que bajarían al sótano de la fonda para ver algo, ella no sabía nada y alumbraron el lugar donde se suponía que dejaron el esqueleto, y no lo encontraron, en ese momento una luz intensa alumbró el lugar, el medallón se encendió ante la mirada de la familia, Soledad se convirtió en polvo quedando tendido en el piso, el misterioso medallón tenía una fuerza especial, la leyenda cuenta; que la joven se presentó semanas después, explicó que hace 80 años su padrastro la asesino por querer robarle el medallón que su madre le había regalado y al no podérselo quitar la emparedó en el muro. El medallón fue guardado en un cofre que el espíritu de la joven le mostró a doña Refugio para que lo tuvieran y siga atrayendo clientes por muchos años.

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