Leyenda de México.- La fama de algunos bandidos les servía de inspiración para algunos principiantes, este era el caso de Ernesto que le faltaba experiencia en sus robos, siempre le salía mal. Se convirtió en un ratero ocasional, solo para resolver sus necesidades. Un día trato de robar verduras y frutas, el dueño del negocio lo agarro y lo encerró en la tienda hasta que se lo llevó los oficiales.
Ernesto se quedó en la cárcel y le asignaron la peor celda, húmeda, fría y pestilente, era un cuarto obscuro que se alumbraba con una lámpara de aceite no se sabía si era de noche o de día. Así pasaba los días deambulando en ese cuartito, perdió la noción del tiempo no sabía cuantos días llevaba ahí, cayó en una desesperación que comenzó a gritar que lo sacaran de ahí. Pasaron semanas y el seguía gritando que ya los celadores se empezaban acostumbrar.
Que hablo con él y le dijo; que su celda tenía una ventana que podía mirar al exterior que si estaba en silencio le podía describir todo lo que veía de la calle. Ernesto dejó de gritar, pero cuando sentía ansiedad, le pedía que describa lo que veía, el vecino le comentaba la lluvia que caía en ese momento, que la gente corría, los niños caminaban, en fin el hombre era muy paciente con Ernesto y así pasaron los días de relato del exterior, que si la luna era redonda en ese momento y las estrellas estaban en una cierta posición la noche era hermosa.
Un día, cuando a Ernesto le llevaron la comida le pidió al custodio que como cambiaría de celda, que le gustaría la de a lado al calabozo de junto, pero en voz baja se lo dijo, el otro le contesto; por ahora todos están ocupados pero se puede hacer los trámites, mientras el vecino seguía con sus relatos del exterior sin saber lo que Ernesto había planeado, sin importarle a que celda iba a ir su vecino.
El celador le dijo; que agarrara su lámpara de aceite y sus pertenencias, Ernesto estaba emocionado que al fin iba ver la calle, saber si era día o de noche pero cuando entro a la nueva celda quedo desilusionado al ver que era igual que la que tenía, el custodio le dijo; que hacía meses que el reo que lo habitaba se había suicidado la ley dice que tiene que pasar un tiempo para que se ocupe otra vez, ya Ernesto ya no quería entrar, pero tenía que quedarse ahí.
Según la leyenda cuenta que el espíritu de aquel hombre brindaba esperanza a los reos por eso describía los paisajes que veía a través de la ventana.
Si este artículo te parece digno y valioso para compartir... ¡Hazlo ahora!
En el convento del Carmen había un joven novicio de noble familia, que tomo el nombre de Fray Jacinto de San Ángel, de carácter alegre le ponía apodo a todos, no faltaba quien se enojara, a los sacristanes los asustaba para que tiren
Corría los años 1789. La dama sostuvo con las manos la compuerta para que no abriera y entrara el agua de la laguna y se inundara el lugar. la señora distinguida con ropa negra y aplicaciones de plata era seguida por un indigena por
Leyenda de España. Tres hermanos envidiosos y el aceite de la cueva. En el Sistema Central situada en la sierra al nornoroeste de la provincia de Guadalajara, su cima es sucesión de chicos repechos enfilados a lo largo de 3. 5 km,
La palabra “mande” era una condición impuesta en el lenguaje de los indios conquistados y esto desgraciadamente lo seguimos arrastrando, son secuelas de la conquista. En el siglo XVI empieza la palabra “Comándeme”. La manera
Sucedió en la antigua Catedral en la Plaza Mayor. En la angosta y pobre Catedral de México, por ser pequeña no mereció alabanzas. Se levantaba en la Plaza Mayor y la menor, que las dos, después se llamó Placeta de Marqués y frente a
¿A quién se le ocurrió repetír tantas, tantas veces este rezo? ¿Cuál es el meollo de asunto?, ahora que sepan la historia sabrán a que nos referimos. Les voy a dar un adelanto; por cada Ave María es una hermosa rosa que aparecía
Leyenda de México. Quien, era el más arriesgado, el valiente que fuera, se atreviese a salir a la calle pasando las diez de la noche?. Sonaba el toque de queda en la Catedral y todos los ciudadanos de México echaban cerrojos, candados,
Leyenda del Sur de África. Se cuenta, que vive en el rio cerca del Monte Mzinlava en el Sur de África conocido como “el tonto de cerebros”, se ha dicho que ha matado a varias personas que han cruzado el rio. Los pobladores de por
En la ciudad vivía una familia que llamaba la atención de los habitantes, no por actividades extrañas, si no el estilo de vida que llevaban, eran los Santoyo que habían heredado el oficio de panaderos y les permitía vivir bastante
Era una laguna con el tiempo se secó, habían dos o tres casas después hicieron más casas al construirlas descubrieron muchos cadáveres todavía con ropas y pelo. Los vecinos cuentan que han visto personas extrañas, espectros en las