La calle del duende.

Un usurero tenía una hermosa hija que tenía que casarla con un hombre rico.

Leyenda de Morelia, Michoacán.- Hoy calle de Fray Alonso de la Veracruz.- Vivía en una casa de la antigua Valladolid, Don Regino de la Cueva un chaparro que no pasaba de metro y medio, no tenía ni 50 años y ya estaba calvo, ojos azules y nariz aguileña.

Siempre usaba para todo, una capa española y un sombrero de copa alta y ancha. Daba dinero al interés era muy puntual al cobrar, no se le conocía un trabajo, solo se le veía estar parado a la puerta de su casa o de caminar de una esquina a la otra, “como quien dice de chismoso porque nada más veía quien salía o entraba en las casa vecinas”.

La esposa e hija de don Regino.

Su esposa muy simpática entrada en años, por su forma de vestir parecía una muñeca de chaquira, su hija era hermosa de ojos azules a esta joven le gusta bordar para adornar su casa, cultivaba flores, rosales , claveles, las macetas se alineaban en la cornisa exterior de la casa la fachada alegraba el callejón.

Colgaban en los corredores jaulas con pájaros, ella cantaba con su guitarra canciones de amor que alegraba la casa del usurero don Regino.

Su vida religiosa consistía en acudir al templo de las monjas catarinas que estaba muy cerca de la casa de la señorita Gracia de la Cueva, los jóvenes rondaban la casa de día y noche, su padre iba y venía sin descanso para ahuyentar a los muchachos.

Un joven rico y gallardo apareció.

Apareció uno muy guapo, distinguido, elegante, aristocrático más que todo para el usurero, sus propiedades. Único hijo de un rico hacendado, el muchacho Don Antonio de la Riva o Antoñito Riva así le llamaban con cariño, la gente pobre, discapacitados, huérfanos que con su ayuda favorecía.

Seguía la costumbre de los enamorados, en las noches, serenata en la ventana de Gracia, Don Antonio de la Riva era correspondido por la dama ya preparaban la gran boda.

Era primavera, una” ponposa procesión de señores y señoras caminaba en doble fila, cerrando el séquito don Regino” que tenía del brazo a su hija con su vertido de novia la cola la sostenían bellas niñas de pajecillos. El novio esperaba a los sacerdotes, empezó la música la marcha, los novios entraron, recibieron la bendición, acompañados de los coros de las monjas. Los enamorados por curiosidad entraron al templo a ver a la novia, maldiciendo al usurero.

Molestos se retiraron, estos y mucha gente le empezó a decir a don Regino, El Duende, así se quedó el nombre del callejón.

¿Te ha gustado? ¡Comparte!

Si este artículo te parece digno y valioso para compartir... ¡Hazlo ahora!

Publicaciones relacionadas

Calle de Olmedo, fue crimen o burla

Leyenda de México. ¿Fue crimen o burla?. Toda la ciudad estaba cubierta de una espesa niebla, las luces de los faroles se ahogaban en la negra espesura. Las calles encharcadas. Caminaba apresurado el padre don Juan Antonio Nuño

La calle de la Buena Muerte

Ahora es 5ª de San Jerónimo, ningún vecino de esa vía, se había dado cuenta que estaba ocupada, una casa vieja , viejísima, que se metía en pasadizo penumbroso, tenía grietas y en estas había hiervas. Una noche los vecinos vieron

La Calle del Fantasma del barrio de la Candelaria

Un lugar emblemático del barrio, una vía que eluden muchos vecinos. En la época de la Colonia, el regidor comisionó a un ingeniero de nombre Alex Mogollón que empedrase la calle, tenía que entregar el trabajo en seis meses y seis

Un duende y un perro en el Convento de Santo Domingo

Estos sucesos pasó en la iglesia del Convento de Santo Domingo, que le dio nombre a la plaza. El fraile que atiende el templo era Fray Hernando de Ojeda, modelo de austeridad y sencillez. Repasa un abultado cartapacio de hojas de papel

La calle de Don Juan Manuel

Hizo un pacto con el demonio para matar al amante de su mujer, este le dijo; que a todos los que pasen a las 11 de la noche en su calle los acuchillara. A su primera victima le preguntó, ¿que hora es?, le decían, la hora,- Felicidades,

La calle del Arco de los padres Agustinos

Los frailes Agustinos querían que el Rey les regalara la calle del Arco porque ya eran muchos y estaban muy incomodos y por otro lado los vecinos de esa calle no querían pues tenían que vender sus propiedades a estos santos varones por

La Cruz de la calle Del Arco

Un novio jamás debe llevar a un amigo casi a diario a conversar con la novia, es la mayor estupidez que puede hacer un joven o a la inversa. Una pareja con romance terminó en tragedia, el joven enamorado siempre anda con su gran

Leyenda de la calle de la Merced

Un fraile por sus virtudes y vida santa era ejemplo para los novicios, en la pintura era venerado, de repente con terror vieron como abría la boca de la pintura De Fray Leonardo, y dijo, “no me alaben más, soy un embustero”. Ese

La leyenda de la calle del muerto.

Reaccionó, como era bueno con la espada al mentecato mató desde ese día esta penando por las calles de Puebla. El hombre suplicó al sacerdote que quería confesar sus pecados que cuando se dio cuenta con quien estaba hablando, fue tal